Así se despide un gladiador…

por | 12 Jul, 2022

Dicen los grandes productores de cine que, por mucho que lo intenten y tengan medios para ello, la realidad siempre supera a la mejor ficción. En el caso de la épica película que ha rodado “Barbarigo” en su trayectoria en nuestro turf, ese bonito largometraje real, lleno de memorables batallas, no podía tener un final singular. La emotiva secuencia que ponía fin a su trayectoria se rodaba en uno de esos hipódromos de leyenda con los mejores actores en escena, y con el mejor final que un honrado y querido caballo de carreras podía tener. Una victoria épica, incontestable, idílica, y con la grandeza y reconocimiento de toda una afición que ha estado a su lado hasta el último metro que ha galopado en pista.

Barbarigo” regresaba a ese hipódromo de San Sebastián, donde tan bien le han tratado, con una melancólica carta de despedida escrita y, aunque muchos deseábamos verle pasar una última vez por ganadores, sus últimas actuaciones no parecían avalar esa bonita posibilidad que tanto merecía. Tras su última mala en Madrid, decidimos poner fin a su extensa y brillante trayectoria en una pista mucho más a su favor, donde los últimos metros no se le hicieran tan duros. Román buscó la mejor forma para este día y, personalmente, llamé a su fiel compañero Borja Fayos para solicitarle su última actuación con “el viejo”, como él le llamaba. Todo estaba decidido y, aunque fue duro para todos preparar esa última carrera, siempre mantuvimos la confianza en que este gladiador nos haría más fácil su despedida.

Barbarigo” y su fiel amigo Borja salieron de cajones a ganar esa última carrera. No había nada que perder y, aunque el orgullo y coraje ya no hacía falta demostrarlo una vez más, el solo hecho de que pudiera ganar esa última carrera, hacía poner los pelos de punta. Brillantes los dos y con valentía se pusieron a liderar el lote ya desde el mismo golpe de cajones y comenzaron a engullir metros durante la recta del río imponiendo un ritmo selectivo. Un pequeño respiro en la cerrada curva de entrada a recta definitiva hacía coger algo de aliento al gladiador, que se resistía a que algún osado se pusiera a su altura. En el poste de los 400, cuando los jovencitos alférez y capitanes del lote comenzaron a increparle buscando su debilidad, “Barbarigo” mostró sus galones aguantando como un titán la larga recta donostiarra para coronar con holgada victoria esa meta nunca antes alcanzada. Primero afloró el delirio cargado de extasiada emoción por un caballo que había conseguido algo muy grande y, al minuto, todo ese entusiasmo se convirtió en emotivas lágrimas de admiración por un caballo y un final que quedará en nuestro recuerdo de por vida. Siempre es difícil explicar los sentimientos que afloran tras una victoria de un caballo de carreras en competición, pero en este caso concreto, no existe vocabulario suficientemente extenso, como para aflorar una pequeña parte de todo lo vivido en la tarde de ayer.

El eterno gladiador se despide con el gran reconocimiento de todos los aficionados y sus innumerables muestras de cariño recibidas durante toda su vida en competición, aún mucho más marcadas en esta última semana, y posterior a su victoria. A todos ellos, queremos agradecer sus sentidas y sinceras muestras de cariño que nos llenan de mucho orgullo. Mención especial para dos profesionales que también merecían ser partícipes en esa última carrera. Por un lado, su inseparable compañero de batallas, Borja Fayos, no podía faltar a esa cita y quiso estar presente en esa hazaña para dejar en el recuerdo una monta de 10, levantar su fusta al cielo al cruzar la meta, y acariciar por última vez a un caballo que, sin ser de Gran Premio, ha tenido siempre una admiración especial. Por otra parte, mención emotiva y merecida para su último entrenador, Román Martín Arranz, que vivió en directo una de esas tardes que estamos seguro recordará toda su vida como broche de oro. No podía Román despedirse de su caballo sin una victoria que ambos merecían desde hace tiempo. “Barbarigo” ha sido el caballo referente en su cuadra desde que pusiera un casco en su patio, y el honrado caballo, agradeció con esta hazaña el cariño que todo su equipo le dispensó durante este último año. Román se queda huérfano con la marcha de su mejor caballo en el patio, y nuestra recompensa a este gran trabajo será encontrar en breve un nuevo «Barbarigo» que vuelva a ofrecerle nuevas ilusiones futuras.

Es posible que haya aficionados que no entiendan cómo se puede retirar a un caballo que viene de ganar de esta forma, y a todos ellos les respondo. La retirada de un caballo de competición es algo complejo y difícil de digerir, pero siempre debe ser responsabilidad del propietario y de su filosofía. En nuestro caso, esta filosofía de retirar a nuestros caballos sin llegar a encenderse el testigo de reserva es una de nuestras señas de identidad como reconocimiento a todo lo que ese caballo nos ha demostrado en competición. No está en nuestro ADN exprimir su salud y su valor hasta un límite que el caballo no merezca. Igual que «Barbarigo» se retira ganando, seguramente con posibilidades de seguir peleando durante lo que resta de año, también en su día retiramos «Valiant Blue» con igual edad y con dos segundos puestos en sus dos últimas actuaciones, también intentando retirarlo con el sabor del metal de oro. De la misma forma, retiramos en su día a «Ranyán» corriendo todo un GP de San Sebastian, con dos victorias en ese mismo año, y con un valor cercano a 38. Este tipo de caballos que lo dieron todo y que no tienen que demostrar nada más, merecen irse siempre con la cabeza alta, y no hay ninguna necesidad de verlos sufrir en pista.
El valiente gladiador se despide como el mejor caballo que ha defendido nuestros colores. Un caballo agradable y noble en el trato diario, trabajador sin reparos, corajudo, líder, valiente, y referencia de cualquier patio donde han tenido la fortuna de tenerlo. Todo un orgullo. Se despide tras 52 carreras, con nueve victorias, 21 colocaciones y 140.000 euros en ganancias. Pero por encima de todo ello, se despide por la puerta grande, con el reconocimiento de todos, y con el mejor final que un caballo de carreras puede tener.
“Así se despide un gladiador”

Esta misma mañana ha llegado de vuelta a la que ha sido su casa durante más de seis años en el Hipódromo de la Zarzuela donde pasará un par de días para despedirse de todo su entorno. El próximo miércoles, una vez haya descansado de viaje y carrera, hará definitivamente su ligero petate para comenzar su retiro en nuestra yeguada al lado de los anteriormente coronados. A todos nos dejará huérfanos en la competición, pero nosotros tendremos la inmensa fortuna de seguir viendo su elegante estampa rodeado de pasto fresco en una bonita jubilación que se ha ganado con derecho propio.

Eternas gracias Barbarigo !!!!
Ahora nos toca a nosotros devolverte todo lo que nos has dado en competición.

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